jueves, noviembre 25, 2010

Reportaje a Julio Sosa

Julio Sosa en un reportaje inédito, a 46 años de su última grabación


Un día, revisando viejas cintas abiertas de mi colección, encontré este tesoro. Escucharán el pensamiento de Julio Sosa sobre el tango, su repertorio y su público, en un reportaje inédito, realizado en 1963 por el periodista Antonio Salcedo.

Tapa del LP El Album de Oro de Julio Sosa
Tapa del LP El Album de Oro de Julio Sosa | Ampliar Imagen

En medio de las opiniones sobre su aporte al tango y las descalificaciones a su forma de cantar, realizadas hace algunos días, pienso que es justo rendirle un homenaje escribiendo sobre su trayectoria artística.

El 18 de noviembre del año 1964, Julio Sosa grabó en los estudios CBS, con Leopoldo Federico y su orquesta, sus últimos registros discográficos.

Fueron las obras “Milonga del 900” de Piana y Manzi y “Siga el corso” de García Jiménez y Aieta, El 26 de noviembre murió al estrellarse con su auto.

Un año y medio antes, durante la grabación de su disco “Con permiso, soy el tango” en los estudios de CBS, el periodista Antonio Salcedo, del programa “A tango limpio” de radio Splendid, le realizó un reportaje. En mi búsqueda como coleccionista, apareció ante mí una cinta abierta de grabador Geloso, que contenía este tesoro escondido por más de cuarenta años.

¿Pensás que el tango perdió su influencia o arraigo popular de épocas anteriores?

Julio Sosa- No, en absoluto, el tango sigue en vigencia, perdería arraigo y vigencia si el hombre dejara de querer de amar, de rendir culto a la amistad.

¿Cuál es el espíritu de las canciones que te gusta interpretar?

Julio Sosa - A mí me gusta interpretar el tango dramático, sentimental, siempre fui enemigo de encasillarme en determinado repertorio, además el tango lunfardo me gusta cuando ese lunfardo entraña una moraleja como lo es el tango de Flores, de Discépolo.

¿Y el público?

Julio Sosa - El entrar a cualquier lugar, ya sea un café o una casa de familia, acercarse a cualquier barrio y ver las caras de gente que se pone feliz de encontrarlo a uno, que se ilumina espontáneamente la cara, eso no tiene precio.

¿Cuando grabás te gusta grabar temas nuevos o grabar obras ya cantadas por otros intérpretes?

Julio Sosa- No, me da lo mismo, creo que un éxito no lo hace un solo intérprete, porque con ese principio las canciones de Gardel no las podríamos cantar ninguno de nosotros.

¿El tango y la juventud hoy, en 1963?

Julio Sosa - Yo creo que si se diera más promoción a la música popular, si los espacios especializados no estuvieran saturados de ruido sino de tango, la juventud se educaría en el tango. Me gusta todo el trabajo en general, la gente, el público y la muchachada que veo, con tantas caras sonrientes a poca distancia mía cuando canto, eso es un nervio motor.

HISTORIA DE SUS DOS ULTIMAS GRABACIONES

En la contratapa del disco homenaje “El albúm de oro de Julio Sosa”, aparecido en noviembre de 1966, sin firma alguna fue escrito lo siguiente:

“El humor sano y la sensibilidad se manifestaban en todos los actos de Julio Sosa. Se sabe que quería tremendamente a los perros y si los veía maltratados se indignaba a tal punto que era capaz de maltratar él a los culpables. Una vez, regresando de una actuación, vio a dos hombres con una perrita que gemía al ser objeto de malos tratos. Se bajó de su coche, y violentamente les quitó el animalito para llevárselo a su casa. Al día siguiente llamó a su amigo y director de orquesta Leopoldo Federico y le pidió que encontrara dueño a la perrita, ya que en su casa tenía demasiados perros y no cabía uno más. Ese mismo día debía grabar en CBS, y tomaba café en un bar antes de entrar a la sala, cuando llegó Federico. El corpulento director venía agitado y una pregunta de Sosa lo hizo estallar. “¡No me hables más de eso!”, contó luego –Federico- como había llevado a la perrita en su coche y como ésta, cariñosamente, se había instalado en sus rodillas y le había lamido la mano hasta impedirle conducir el coche. Y finalmente para colmo, cuando tuvo que detenerse ante una señal roja, saltó por la ventana y Federico debió abandonar el vehiculo y correrla en plena calle, en un día no muy fresco de noviembre. Julio se reía tanto que casi se cayó de la silla. Durante la grabación constantemente se refería al incidente. Fue su última grabación: cantó “Siga el corso” y “Milonga del 900”. Fue también la última vez que lo vimos con vida.

Gabriel Soria